Vicente Javier-F

GRACIAS POR ENTRAR EN ESTE TROCITO DE MUNDO PARTICULAR, POR AYUDARME A BUSCAR ESE MOMENTO DE PLACIDEZ. A VECES NOS LLEGA SINTIENDO LO BELLO, LO SUAVE Y SERENO. LO MISMO TE OCURREN LOS SALTOS DE ASOMBRO. LA VISTA LO APRECIA Y LO BUSCA INCESANTE.







GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.







sábado, 26 de diciembre de 2015

Esperan desnudos

Esperan desnudos que pasen las nubes,
que caigan escarchas,
y en tanto que lentos sucedan los fríos
se quedan dormidos.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

No sé si tengo


 No sé si tengo. No sé si alcanzo
palabras para el encuentro.
Quiero, no obstante, recuerdos para otros tantos
que acaso sepan que quieren
contactos de buen agrado.

domingo, 13 de diciembre de 2015

La levedad

Porque incluso en pleno gusto,
Aun cuando el excelente impulso
Te sea dado retener,
Notarás que es casi iluso,
Que la levedad nos lleva,
Que (por supuesto, ya se sabía) es fugaz nuestro pasar,
Y hasta aquello que te encumbra,
Que te deja respirar
Te recuerda que su opuesto es lo mismo de profundo,
Que el deleite ha de ser gusto
Por el plácido momento comedido y nada más.

martes, 17 de noviembre de 2015

Abdicar del vacío

Si alguien abdica del vacío
Perderá su reino incomprendido,
Creerá que aparte del espacio sin sentido
Otros bordes de mundos nos asisten.
Si quieren buscar el contenido fuera a parte
De la nada y de corrientes en el frío
Tendrán todo el camino;
si desean abdicar del sinsentido.

Aún era el vacío

Apenas hace un momento aún era el vacío.
Incluso mi pensamiento también vagaba entre fragmentos
De desgana. Ahora surges y hasta puedes ser un cielo,
Una enormidad que abarque los mil ratos
Sin sentido.

Siempre hemos buscado ausencias
Que igualaran nuestras calvas en el tiempo.
Desde que una célula fue capaz de multiplicar su desconcierto
Nuestras soledades fueron súplicas de un te quiero aquí a mi lado,
Emborronando los vacíos, como si así se aparentara
Un destino compartido.

Y el humano fue sociable, y hasta de este escrito
Tan escuálido surge un ser que me acompañe
(Y sería de agradecer que otros muchos entregaran su ilusión
Si están leyendo).

Ahora ya somos dos: mi intención casi animal
Por llenar la soledad, y tu pobre estampa,
Casi esclava, dependiente del criterio que me lleve.
No temas, apenas sabrán de ti, no más que de mi propia sombra,
Esa que tan sola se veía que hasta fue a coger papel
Y estampar unos semblantes que no acaban de crecer.
No temas, apenas sabrán que él –tú- sigue sin tener papel,
Aunque sin ti, todos podremos perecer por no haber tenido
En estima a ese ser que está al caer,
Inventándolo o buscándolo entre todos los que ofrecen bien.
Así que tú puedes ser casi que todos,
Y entre todos te hagamos crecer.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

La poesía

Si hay una cualidad que la poesía
tiene quizá sea
la de no saber que es,
que llega
sin resolver su quehacer
pues no sabe qué es.

Cómo olvida el tiempo



Cómo olvida el tiempo.
Ayer mismo ahí había árboles
Y una fronda, lo mismo hace décadas
Y siglos y eternidades.
Sin embargo, hoy lo difumina todo,
Se olvida el tiempo de ver los árboles
En el espacio, como si no quisiera saber
De la fuerza de su acción.
Deja al campo sin cobijo,
Arrasando la ilusión de simientes y de frutos
Que quisieron ser vestido de un paraje
Con olvido.

Vicente Javier-F


A Roberto Quevedo, para que siga admirando el clamor de la existencia.

sábado, 19 de septiembre de 2015

En una noche cualquiera

En una noche cualquiera,
sin cualquiera de nosotros,
todos los astros seguirán sin pena,
todos los fastos lucirán sin tu ánimo
esquivo, sin mi triste motivo,
sin el peso vacío de un querer
estar activo, de un querer seguir tan vivo,
aun con los vientos de olvido,
en las noches sin conciencia.
En una noche cualquiera
nos ninguneará la esencia.



lunes, 14 de septiembre de 2015

Y aunque en esta mirada

Y aunque en esta mirada que recorre
campos se apelmace la tierra
con sus cantos blancos y barrancos largos
el sonido del mar seguirá llegando,
pues las olas tendidas me lo dicen alto.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Hoy

Hoy no hay sol que sea visible,
Sólo nubes de hojalata
Y un tambor que ronronea
Sobre ruedas de tractor.
Hoy no hay luz que sea del cielo
Sino nubes de latón
Que no filtran pues retornan
Todos los rayos al sol,
Y todo el tambor del tractor con su voz
Suena en el campo de ocres en flor.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Había tenido

                                                          A mi padre, para que pueda seguir en esa infancia que le reste.

Había tenido una infancia tan feliz
Mientras cedía…
Columpiaba sus ideas
Por algún lánguido empeño,
Al igual que aquellos pies de su niñez,
Tan desnudos tantas veces,
Elevaban su inquietud al infinito
Al coger impulso firme en el columpio.
Columpiaba su vaivén de ideas secas
Refrescando la memoria con imágenes tendidas
En las eras de una placidez cualquiera.
Y jugaba lentamente a que ataba en cada rabo
De la vida una lata impertinente
Que sonara con su estruendo casi ausente,
Y aprendía mientras tanto, sin saber desde hace tiempo
Qué verdad te salvará del salto.
Y soñaba que era incierto el crecer y crecer tanto
Para estar en ese trance de viajar hacia delante
Cuando el carrusel que montas ya dejó de andar a vueltas
Como aquel que el sueño añora.

Había tenido una infancia tan feliz mientras seguía.


martes, 1 de septiembre de 2015

Quizás el viento


Quizás el viento adivine
El volumen de mis dudas
Por el peso al recortarme
Cuando sopla de costado,
Cuando capte que mi cuerpo
Ni se mueve ni está quieto,
Aunque pueda parecerle
Que mis pies me pertenecen.
Quizás el viento se entere
De los lastres que uno tiene,
Tan pegados a los dientes
Que hasta el grito se detiene;
Tan pegados a mi sitio
Que no ocupo ni el vacío.


(*)Escrito en una tarde tras sentir intenso viento yendo por los caminos. Quise que me diera de costado por evitar su golpe de frente.  Ahí sentí la levedad que me contiene.

domingo, 28 de junio de 2015

He querido al sol

He querido al sol por las paredes,
entre piedras,
donde hallé la soledad primera,
reo de un rayo sin voz.
He querido al sol entre las grietas
y las piedras ya dolían
con ardor.
He querido al sol por las murallas,
piedra sobre piedra encima,
y sobre piedra, ninguna,
sólo el sol
y mi pasión.
He buscado al sol alrededor.
He secado su canción.

lunes, 22 de junio de 2015

Ya se ve el verano

Ha llegado entero
como un toro fiero,
como un toro azul,
con su ojo intenso,
lleno de quietud.
No cabe en el cielo
y ahora pide paso
montañas abajo.
Ha venido cierto,
y no más llegado,
ya se va alejando.
No quiere decirnos
que ha traído en ciernes
el otoño dentro.
Ha llegado pleno,
lleno de silencios,
no quiere decirnos
que se irá aplacando.
Ha subido tanto, el Sol,
que ha estirado tersa
su distancia larga,
y no puede más.
Todo lo dará.
Ha llegado inmenso;
ésta es su eclosión.
Ya viene el otoño,
siéntaslo o no.


(*)Recuerdo, aproximadamente, un breve poema japonés que decía (cito de memoria, insisto en que no es exacto):
"Ya es verano,
pronto llegará el otoño.
Tienes una cabaña:
¿qué más quieres?".

No es un koan estricto puesto que se pasa de sílabas, pero sí tiene esa misma esencia. Me hizo pensar en que el paso incesante de de la Tierra por su órbita ya va conteniendo lo próximo, pues hacia ello se dirige, sintámoslo o no.

domingo, 14 de junio de 2015

El invierno es una nube suspendida

El invierno es una nube suspendida en una noche
que no escampa. que modela las tristezas
con el rayo consumido en la distancia.

Puedes ver el pensamiento del que mira ya los tiempos
recubierto por los forros de las lanas hasta el pecho
y más adentro. Si te fijas, te ilumina con el brillo
de sus ojos que recuerdan las vivencias ya perdidas.
Es invierno, esa edad que ya nos lleva, esa noche
engrandecida que silencia los sonidos de los bríos.

Puedo ser el que te mira recordando cuando no llevé vestido,
pues la calle de la infancia es un verano que te abraza
y que te estampa contra hoyos de canicas,
contra el barro siempre grato, contra el negro
de la brea derretida en las aceras.
Quién iba a querer vestido si sólo recuerdo estío.
Quién me va a escribir ahora que los cielos son de invierno
si los rayos sólo rozan las techumbres que no doran.
Quién me va a decir que es noche toda nube
que no escampa en mis horas insensatas,
si sólo pensar el tiempo vuelvo casi a andar a gatas,
sin vestido, por las calles tan pobladas de otros niños.

Me dirán que es una nube que no escampa,
mas si quieres percibirlo, el invierno es largo velo,
y al trasluz de gasas blancas siempre veo pies descalzos
de los niños que hemos sido, en las breas derretidas.


*Dedicado a mi hermana, a su niñez y al recuerdo que la lleva sin soltarla, y a los ritos de la infancia en la ciudad, casi como una excepción, ya que todo mi recuerdo de niñez se me va para los pueblos en los que he sido.

domingo, 31 de mayo de 2015

Una colina más abajo

Una colina más abajo de las nubes negras
hallarás los trazos del cariño que nos cubre
en este tramo del vivir al darnos tanto.
Una colina por debajo, donde anidan
las palabras que me pidas.
Una colina más abajo,
donde roce el tacto.

Y en polvo me quedo

Cinco minutos más y llegaré al final.
Ya oigo los perros ladrar.
Al otro lado estarán los guardias, patrullando
tras la valla demencial.
Quedan barrancos y pinchos y un recuerdo
que me arrastra a no querer ni llegar.
Recuerdo el canto de los gallos cada mañana al despertar.
Se enseñorean tras mi testa aunque no tengan ni tierra
en la que escarbar. También recuerdo a mi madre, toda vestida de blanco,
diciendo que vaya asco. Todo el luchar en sus manos
para, al final, siempre gritar:"¡vete a juntar con los gringos!"
Y aquí me veo perdido, esperando a un tal contacto,
que me quitará los pesos y hundirá mi estima,
jodida por ser ya un estigma.
Muerdo el polvo mientras llega el día
de dejar la vida que me hastía.
Me vuelve a aparecer el gallo por la mente,
tan inquieta como las propias gallinas.
¡Siempre escarbando en la tierra!
Y quién sabe en qué me hundiré si paso a las tierras
que los propios gringos nos quitaron...
¡Maldito polvo estrellado!
Ni siquiera hablo como ellos. Me repantigo en sus tacos.
Tampoco es que cubra yo santos, aquí en este México incierto,
pero el poder de su credo me suena al poder
del dinero. ¡Y qué más me da si me entierran!
¡Me cago en el puto dinero!
Me doy la vuelta y escupo en el suelo.
Lo mismo me pudre mi pobre consuelo
que el ansia que llevo por ser otro nuevo.
Me pego la vuelta y en polvo me quedo.

sábado, 23 de mayo de 2015

Entre luz y triste olvido

Sombras hay en el camino,
por el borde mismo de los días.
Crecen horas que intangibles cuantifican
e interponen su masiva transcendencia
entre el cielo del atrás y el purgatorio
del continuo pulular sin más sentido,
y conforman esas sombras del camino,
tan opacas que no alcanzas a borrarlas
cada vez que sigues vivo.

Es posible que creyendo que caminas
estés quieto, sorteando amorfas sombras
que te cubren y te envuelven con desdén.
Es posible que en penumbra estés dormido
y que sueñes que el avance va contigo.
Son opacas las continuas horas ciegas
que en vislumbres se supone que las vemos.
Pero abrir tus ojos ciegos con el grito del nacido
y cerrarlos al silencio del no ser, todo habrá
sido un suspiro entre luz y triste olvido.

sábado, 14 de febrero de 2015

En un invierno de cortinas en las nubes

En un invierno de cortinas en las nubes
no oigo el rumor de la luz por mi temblor.
Y así, por las hechuras de las brumas,
te derramas mustia sin tu flor.
Así te siento abierta a los reclamos
de mi voz. Así recojo el fondo de los dos.

Aquí sueño los mundos que el telar puesto
entre nubes no permite su extensión.
Ni tú ni yo ni un soplo entre los dos.
Quizás te sueñe abierta a los motivos
infinitos que seducen mi ilusión
cuando en mil tardes abiertas
a la oscura transición, imagino en otros suelos
delicada voz al sol.

Pero sé que no te tengo aunque te invento.
Y hasta escribo de corrido cómo puede ser tu voz,
en un coraje de ausencias que me incitan de continuo
a plasmar en los renglones cómo puedes ser sin yo.

Mas si no te di intención...
Puedo sentirte sencilla, toda de calma vestida
y ser enorme la inquietud por saber si pueblas
cumbres o llanuras aluviales; si las brumas que respiro
también serán tu dolor, o si acaso son primor.

Trazo figura en mi mente con tus rosados carrillos,
con tus cabellos ceñidos a la piel de tu candor.
Quisiera idear tus ojos... glaciales si pueblas nortes;
oscuros si eres moruna. Y en el trance de no verte,
la inquietud me desmorona. No sé inventarte fortuna.

sábado, 31 de enero de 2015

Es la historia de un zapato, que cayó desde las nubes

Ahora puedo yo soñar -quizás- que las nubes son
planetas donde viven los humildes seres grises invisibles,
que queriendo conocer mi mundo activo
muchas veces se abalanzan hasta el ras de mis mentiras
cotidianas y deambulan ocultando nuestras vistas
y esparciendo el interior de su planeta
por la vida que aquí abajo nos sujeta.
Mas no veo siluetas.

Son planetas que se posan o que viven enlazados
con los fríos siderales. Son planetas con las formas
que soñamos otorgarles, porque no sabemos ser
sin extender nuestro capricho, y hasta a veces
nos extraña que un planeta tenga vida de una forma
tan resuelta que se escape a nuestra mente abotargada.
Y no me extraña que un planeta llore gotas desde arriba,
pues cuando se ven repletos, de esa forma exteriorizan
que es mejor su ligereza, aunque duela el desprenderse,
que ser terca bola gruesa.

¡Ay! Un planeta.... y otro junto que deslizan sus hechuras
como soplos de acrobacias. Si lo quieren, nos visitan, y si no,
pierden la vista de esta bola grueso-estanca.
Ahora sueño en los planetas de vapores.
¿No son firmes? ¿Y no pueden ser sin rocas?
¡No!, me dirán desde la tierra precursora, y no puede haber
planetas tan pegados a tu puerta.
¿Y un planeta que se vuela? Eso no se da en la escuela...

Hay que ver qué sueño extraño. Mañana si me lo propongo
echaré al mar un zapato y veré que las hebillas
son las cimas bien nevadas de una isla que se mueve entre
las aguas que la mecen. No querré que se esté quieta.


  Dedicada a mi amigo Ángel Benito, que tanta forma da a las nubes de su imaginación.

  (*) Hay quien dividió a las personas pensando en las que solo ven nubes y en aquellas que les dan formas.

  D. Ramón Gómez de la Serna divagó sobre las nubes diciendo: "El mejor destino que hay es el de supervisor de nubes, acostado en una hamaca mirando al cielo