Vicente Javier-F

GRACIAS POR ENTRAR EN ESTE TROCITO DE MUNDO PARTICULAR, POR AYUDARME A BUSCAR ESE MOMENTO DE PLACIDEZ. A VECES NOS LLEGA SINTIENDO LO BELLO, LO SUAVE Y SERENO. LO MISMO TE OCURREN LOS SALTOS DE ASOMBRO. LA VISTA LO APRECIA Y LO BUSCA INCESANTE.







GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.







lunes, 29 de febrero de 2016

Nombres para el recuerdo

Son nombres para el recuerdo
aquellos que fueron soplo
que luego cupo en el cielo.

Sobre labios en el tiempo

Hay nombres que citan cielos
como algunos que recuerdo
y hay otros que corren velos
sobre tiempos que sostengo,
sobre labios en el tiempo.


domingo, 28 de febrero de 2016

Quizás sabré

Y no lo sé.
Dormirme quizás otra vez haré.
Y no sabré
si en tanto que duerma el alma quebrada la pierda otra vez.
Quizás sabré
si el quedo nocturno desplante es campo ganado o es muerte que llega
por noches y días saltando.



jueves, 18 de febrero de 2016

Me da la sensación

Me da la sensación de que el silencio también es triste cuando se extiende pleno. Entonces, su gran celebración es la apatía, una forma de estar sin alharacas, siendo ligero, pesando poco por no herir los semblantes de la gente.

martes, 9 de febrero de 2016

Era árida la espera

El viento levanta el polvo en esta estepa.
Nubes granulosas que la atmósfera succiona.
Ya no hay modo de ver con nitidez.
Cientos de caminos, de veredas en tu espera
ya son campo que no lleva.
Ahora la nube entera de polvo te contiene.
Polvo como eres,
aún mezclado con humores
que te tienen.
Líquidas canciones de la sangre altiva a borbotones
por sus ríos, venas y caudales.

Habría que tener en cuenta los pasos dados por el lodo,
por esa textura blanda
que aunque hundiera entre los fangos agradaba la pisada
y aún te recordaba al líquido que unía y que ligaba
sensaciones en tu espera.

Todavía surge vida que te lleva
y es el propio flujo  el que te acerca
hasta los ojos que contemplan
ese polvo indócil que ya vuela.

Era árida la escena. No más seca que la espera.



lunes, 8 de febrero de 2016

Hay algunas noches

Hay algunas noches de apatía espesa,
De dolor oculto, escamoteado y sordo,
Sin mostrar señales de animal o monstruo
Ni en el arduo sueño ni en el propio lecho.

Y también existen noches de afición extrema
Por la vía inquieta, casi indecorosa,
De abrazos mortales y sonidos fieros.

Hay algunas noches quietas, sin consuelo.
Y hay algún denuedo por sentir entero
Todo el largo cielo tapado en un velo,
Curvo, ciego. Cielo tras la noche
que se oculta queda.