Hay quietudes que embellecen los espacios,
tan callados
que el color será un matiz
de los encantos.
Vicente Javier-F
GRACIAS POR ENTRAR EN ESTE TROCITO DE MUNDO PARTICULAR, POR AYUDARME A BUSCAR ESE MOMENTO DE PLACIDEZ. A VECES NOS LLEGA SINTIENDO LO BELLO, LO SUAVE Y SERENO. LO MISMO TE OCURREN LOS SALTOS DE ASOMBRO. LA VISTA LO APRECIA Y LO BUSCA INCESANTE.
GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.
GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.
jueves, 23 de febrero de 2017
martes, 21 de febrero de 2017
La charca
Han venido los mosquitos a la charca,
a mostrar su habla.
Hablan con sus alas.
Dicen que los hielos son palabras del invierno,
domingo, 12 de febrero de 2017
El invisible afán de las presiones
Aquí sopla el viento en las aristas,
por las calles, que no existen sin esquinas;
sopla fuerte en los aleros, en las altas chimeneas
y en la puerta que nos cruje sus momentos
más dolientes. Sopla el invisible afán de las presiones.
Crujen las puertas, silban los salientes…
y en tanto la inquietud sube sus tintes.
Es un enemigo incierto que se evade,
no sin antes desquiciarte.
Pero manda él sin que lo aplaques.
lunes, 6 de febrero de 2017
Y qué hacer
Y qué hacer con el amor
cuando uno muera.
Dónde cabrá su sustancia,
su etéreo ya querer vagar.
A quién contarle que era cierto
que no se podía dar más.
Qué voy a hacer ahora
que aún se puede contener.
Y qué hacer con el amor
cuando ni duela
ni se pueda ya expandir porque uno muera.
domingo, 5 de febrero de 2017
Todo me acerca a ellas
Noté que hace ya un tiempo desapareciste entera.
Ni tus ojos ni tu brisa se esparcían por el ancho de mi
vida.
Noté que los vacíos eran todo mi vestido.
Un atuendo de chiquillo enfebrecido
por la rabia de no hallar que tu sendero
se entremezcle con mi rastro equidistante entre la fe que te
contempla
y una puerta a la inclemencia venidera.
Hallé que tus zapatos eran sombra entre los suelos
desprovistos,
aplicados a otros roces insensibles,
al pisar de unas miradas que transcurren
entre nubes acechantes de un olvido.
Nada me une a ellas, a las miradas sin tierra,
salvo uno o dos destellos que por ínfimos momentos
me consientan el creer hasta que has vuelto
a pisar las losas bellas
que por antaño solías.
Todo me acerca a ellas.
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